Todas las mañanas me levanto, me tomo un cafecito con Juancho, desayuno unas ricas tostadas y después.. la tan ansiada
ducha caliente.
Sin embargo, esta
mañana hubo algo diferente al resto. Mientras me enjabonaba, noté
que el nivel del agua en la bañera comenzaba a aumentar, y aumentar y aumentar
sin piedad. Cuando quise buscar una explicación a este extraño fenómeno, noté
que había una enorme bola de pelos en la rejilla que impedía que el agua
drenara correctamente.
Luego de unos
escalofríos y una inmensa sensación de asco (quien me conoce puede asegurar que
los pelos, sobretodo los de gente desconocida, son una de las cosas que más me
dan asco en este mundo)
me puse a pensar en la cantidad de cosas de las cuales
(Juan y yo sobretodo!!), sacamos provecho de vivir acá, pero que de la misma
manera existen otras que no están tan buenas…
Por un lado están
los pelos en la rejilla de la ducha, que como no son de nadie y son de todos,
ningún valiente se anima siquiera a acercase por el bien de la humanidad. Por
otro lado, es una bendición darse una buena duchita caliente a la mañana, no
todos los lugares en los que paramos y/o pararemos tienen o tendrán el
beneficio de “agua caliente para bañarse”.


Resulta que parece ser que se corrió la
bola sobre lo piola que está este pueblito. Clima fresquito, rodeado de
montañas, ríos, lleno de flores, muy pintoresco. Pero la bola no se corrió por
Ecuador, Brasil, Colombia, Argentina o Uruguay.. ni siquiera por España. Se
puede inferir que se corrió por pagos bastante ajenos a los nuestros, si vemos
que en su graaaaaan mayoría encontramos ingleses, yanquis (en su mayoría de la
tercera edad), alemanes y un chino… Ahora bien, ¿en qué idioma se supone que
tenemos que hablar con toda esta gente? Sí señor.. en inglés. Pero
por más que Nati lo cache un poco al inglés, en las conversaciones se pierde.
Entonces termina hablando en un inglés de mierda (como Roberto Quenedy) o
cuando no sabe directamente cómo se dice “sartén” por ejemplo, manda alguna que
otra seña y listo.
Ojo.. esto en el
mejor de los casos, un día se llenó de alemanes y quedamos inmersos en una
orquesta de onomatopeyas inentendibles para nuestros oídos del sur…

Ahora... pensándolo bien... teniendo en cuenta todas estas cosas que me puse a pensar de vivir en un hostel, creo que lo más pero lo más pro...
es la habitación privada que instalamos en el patio!!!
-Nati-
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